miércoles, 28 de octubre de 2015

La Ultima Cena del Libertador Simón Bolívar en Santa Marta


Alberto Hinestroza Llanos










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La Ultima Cena del Libertador Simón Bolívar en Santa Marta
 
 
Después de 25 años, de investigaciones sobre los últimos 17 días  que vivió el libertador Simón Bolívar, en Santa Marta, La Fundación Periodistas Bolivarianos de América, edita el interesante libro: “La Ultima Cena del Libertador Simón Bolívar en Santa Marta”, en cuyas páginas se revela un tema muy poco conocido en el mundo bolivariano,  como son los gustos que tuvo el fundador de la patria colombiana, referente a la gastronomía. 
 
 
De Bolívar se ha escrito mucho; como estadista, guerrero, gobernante, su preocupación constante sobre el tema ambiental y sus Decretos, además de los amores que compartió con bellas damas, incluso sobre su matrimonio y la soledad que vivió en diferentes momentos, pero nadie había tocado el tema de su alimentación, de sus gustos gastronómicos desde su niñez, su adolescencia y ya como hombre visionario.
 
Escrito en un dialecto ameno, el lector conocerá interesantes anécdotas de los banquetes que se le ofrecieron, en los países que libertó y entenderá como fue que después de 1823, año que conoció a su amada Manuelita Sáenz, sus gustos de comida fueron cambiando, gracias a los platos que Fernanda Barriga, una morena que la acompañaba desde  su infancia,  supo cocinarle y descubrir el gusto de su paladar.    
 
Esta morena, se convirtió en su cocinera personal y lo acompaño durante siete años, incluso, fue, la que cuido su paladar en la agonía que vivió en Santa Marta, en 1830, desde el 1 de diciembre, día que arribó a la ciudad, hasta el 17, cuando murió en la alcoba principal de la Quinta la Floresta de san Pedro Alejandrino. 
 
El escritor colombiano Gabriel García Márquez, rescató su anegación y amor para atender al Libertador en la obra; “El General en su Laberinto”, dejando en ella, varios pasajes entre ellos: “A Fernanda no le alcanzaban los ímpetus y el buen humor para atender a tantas solicitudes de comida a las horas menos pensadas.
 
Varias veces en esos días agónicos y crueles, le cocinaba las lentejas con aceite de oliva para aliviar sus males de pecho.
 
Bolívar, en Santa Marta, a donde llegó después de pasar varios  meses en Cartagena, Soledad y Barranquilla, el doctor Alejandro Prospero Reveránd, el médico que lo atendió, le prohibió a Bolívar los platos selectos que esta morena le preparaba, por las masas de sagú, que llego a molestar tanto al Libertador, al punto que cada vez que ella lo preparaba, Bolívar, se molestaba y se desahogaba, “¡Si vuelves con tu mazamorra, te llamaré Fernanda Séptima!”. Comparándola con el rey de España.
 
Conocedora de sus gustos y de la vida que llevaba, relaciono su presencia en los últimos momentos de la agonía con estas palabras: “”Con lo que le han gustado las mujeres a este pobre huérfano, no puede morir sin una sola en su cabecera, así sea vieja y fea y tan inservible como yo”.
 
Y no solamente el libro habla de esta mujer virtuosa, invierte también en sus páginas, interesantes ingredientes históricos, que el autor los presenta como los productos con que sazonó la obra, para presentar al lector bolivariano un interesante menú literario, que seguramente terminara siendo de su gusto y paladar histórico.
 
PEDIDOS A: funperbol@yahoo.com

1 comentario:

Armando Salazar dijo...

Amigo, disculpe, la palabra es "abnegación", gracias por su información

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